El “éxito de la mujer” y el “descuido del hogar”: Una perspectiva crítica
En días recientes, las declaraciones del pastor Ezequiel Molina han suscitado un debate necesario sobre el rol de la mujer en la sociedad moderna. Al sugerir que el “éxito” de las mujeres ha conllevado al “descuido del hogar”, Molina resucita un discurso que, aunque familiar, resulta anacrónico y desconectado de la realidad actual. En este artículo, pretendo reflexionar sobre las implicaciones de sus palabras y la relevancia de promover una conversación más inclusiva y moderna sobre el éxito y la familia.
Históricamente, la responsabilidad del hogar ha recaído, casi exclusivamente, sobre los hombros de las mujeres, al punto de invisibilizar su valiosa contribución al mundo laboral y al desarrollo social. Este paradigma fue sostenido durante generaciones, pero, afortunadamente, ha sido desafiado por los movimientos feministas y las transformaciones sociales de las últimas décadas. Las mujeres han luchado por acceder a oportunidades laborales y educativas que les permitan no solo contribuir al crecimiento económico, sino también desarrollar sus talentos y potencial. Sin embargo, las declaraciones de Molina parecen desconocer estos avances.
El éxito de la mujer no debe estar en contradicción con el bienestar del hogar. Más bien, el reto debe ser encontrar un equilibrio que permita a todos los miembros de la familia—hombres y mujeres—compartir las responsabilidades del hogar. El hogar no es exclusivamente una “tarea femenina”; es un espacio compartido por igual y cuya manutención es responsabilidad de todos los miembros de la familia.
La narrativa que plantea que el éxito de una mujer implica, necesariamente, el “descuido” del hogar es, además de reduccionista, injusta. Parte de la falsa premisa de que las mujeres tienen que elegir entre tener éxito profesional o ser “buenas” esposas y madres, mientras que esa misma presión no se ejerce sobre los hombres. ¿Por qué el éxito profesional de un hombre nunca se cuestiona desde la perspectiva del descuido familiar?
Es imperativo que como sociedad sigamos promoviendo la igualdad de género en todos los ámbitos: laboral, educativo y familiar. Los hombres deben ser alentados a asumir un rol activo en las tareas domésticas y en la crianza de los hijos, de la misma manera en que las mujeres deben tener la libertad de perseguir sus sueños y metas profesionales sin ser señaladas por ello.
En lugar de ver a la mujer como la responsable exclusiva del hogar, deberíamos replantearnos los valores de la familia contemporánea, reconociendo que el éxito profesional, tanto de hombres como de mujeres, no debe ser visto como un obstáculo, sino como una oportunidad para el bienestar integral de cada miembro de la familia.
Finalmente, debemos alejarnos de discursos que perpetúan estereotipos y avanzar hacia una visión más inclusiva y moderna, donde el éxito personal, sea cual sea su forma, no sea un motivo de culpa o juicio, sino de orgullo y progreso para todos.
El verdadero éxito no se mide por el género ni por la conformidad a roles tradicionales, sino por la capacidad de cada individuo para cumplir sus metas y aspiraciones, mientras construye una sociedad más justa, equitativa y solidaria.
Por @luismedinat
Luis Medina Trinidad